LocalNacional

Controla crimen venta de medicinas en Michoacán

En localidades de los municipios de Apatzingán y Buenavista, en la zona de la Tierra Caliente, Los Viagras controlan la distribución y venta de medicinas, a las que aplica un impuesto criminal.

Apatzingán.— Las extorsiones del crimen organizado en algunas localidades de la Tierra Caliente de Michoacán se extendieron al ramo farmacéutico, donde los pobladores tienen que pagar los costos de que los grupos delincuenciales se hayan apoderado de la comercialización de medicamentos.

Las grandes cadenas de farmacias carecen de sucursales en estas poblaciones por la violencia que se vive y por el problema de la extorsión, afirmó una autoridad del ayuntamiento de Buenavista.

EL UNIVERSAL realizó un recorrido por esa zona y la primera advertencia de uno de los pobladores, fue: “Nomás no grabes afuera porque si nos vieran esos Viagras nos levantan y son capaces de matarnos y llevarnos luego, luego”.

Crispín, habitante de la zona, consideró inhumano que las personas tengan que pagar costos muy altos para comprar medicamentos básicos, como paracetamol o ibuprofeno, para bajarle la fiebre a un niño enfermo.

“Pues ahorita está difícil la situación con Los Viagras porque, ya ve, de todo cobran. No puede uno traer de otro lado la medicina para acá porque nos la quitan y aparte de eso, hasta nos matan”, expuso.

El también comerciante contó que el grupo criminal es el que controla la llegada de medicamentos a las localidades de los municipios de Apatzingán y de Buenavista, donde operan como Pinzándaro, Santa Ana Amatlán, División del Norte y Cenobio Moreno, entre otras.

“Lo que hacen es obligar a proveedores a venderles la medicina a precio más bajo para luego acapararla en sus bodegas y revenderla a las farmacias o a las tienditas”, explicó Crispín.

Platicó que tuvo que cerrar una tienda de abarrotes porque lo obligaban a comprarle todo el producto que vendía a esa organización criminal, incluida la medicina.

“Los curitas, que una caja con 50 vale regularmente 40, 50 pesos, a nosotros nos la revendían en 100, 110 pesos, y se las teníamos que comprar, pero a la vez dárselas más cara a la gente, para que le sacáramos algo”, relató.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba