Fallece anciana que vivió más de tres años en la CAPU: esperaba que alguno de sus hijos fuera por ella

La señora de la tercera edad murió por causas naturales.
Vía: Jared Carcaño / El Sol de Puebla
La tarde de este jueves falleció María de Jesús Mundo, una señora de la tercera edad que vivía en la Central de Autobuses Puebla (CAPU) desde hace tres años y medio. Su historia se hizo viral en redes sociales, porque esperaba que alguno de sus tres hijos fuera por ella.
La mujer vivía en una casa en la Unidad San Andrés, ubicada en la carretera con destino a Tehuacán. Sin embargo, fue desalojada de la misma, porque no era propietaria.
A raíz de esto fue en búsqueda de uno de sus hijos, Víctor Manuel Rivas Mundo, quien migró hacia Estados Unidos (EU) pero no tuvo éxito. Posteriormente, unos conocidos le dijeron que una de sus hijas había regresado a Puebla así que varias personas le donaron el vuelo de regreso.
Al regresar al territorio poblano tampoco tuvo éxito para encontrarse con sus familiares y ante la falta de dinero, así como de un lugar para pasar la noche, decidió irse a la CAPU, porque pensó que ahí era más probable que alguno de sus tres hijos la encontrara.
Lo que inició como una medida provisional se convirtió en el estilo de vida de la señora María de Jesús Mundo durante sus últimos años.
La tarde de este 24 de julio se recibió el reporte de que la persona de la tercera edad falleció, así que cuerpos de emergencia se movilizaron a la central de autobuses con el fin de atender el reporte.
En el sitio, personal de la Cruz Roja confirmó que la señora murió por causas naturales, descartando cualquier otra circunstancia. El cuerpo fue levantado por el Servicio Médico Forense (SEMEFO) para realizar la necropsia de ley y luego será entregado a los familiares para darle sepultura.
En una entrevista pasada que concedió María de Jesús a este medio de comunicación en julio de 2024, reconoció que solamente tenía una pequeña bolsa donde trasladaba algunas donaciones de comida o ropa de la gente y ya tenía problemas para ponerse de pie.
“Quisiera regresar a mi casa, no me gusta estar sucia, me gusta trabajar (…) si Dios me permite regresar a mi casa, le prometo que a las cinco de la mañana abro a recibir mi pan y a las 11 de la noche descanso”, declaró en aquel momento.