PUEBLA.— En lugar de espectaculares sin resultados, el Gobierno de Puebla apuesta por soluciones concretas que transforman comunidades. Bajo la conducción del gobernador Alejandro Armenta, y en coordinación con la presidenta Claudia Sheinbaum, la administración estatal ha implementado un modelo de desarrollo que conjuga infraestructura, seguridad y apoyo al campo, como una forma efectiva de construir paz y riqueza desde el territorio.
La clave, dice el mandatario, está en la eficiencia y la cercanía con la gente. Hoy, Puebla no sólo ahorra millones al utilizar maquinaria estatal y materiales entregados por Pemex, sino que esos recursos se convierten en más caminos rurales, más calles pavimentadas y más acceso a servicios básicos en zonas donde antes no llegaban.
Un ejemplo de ello es el puente en San Baltazar Tetela, que reducirá traslados de una hora a un minuto. O los 529 proyectos activos en 93 municipios, que abarcan desde obras programadas hasta respuestas ante emergencias climáticas.
Pero también está el campo. Más de 1,500 familias productoras han visto cómo la ayuda no llega en forma de discursos, sino de maquinaria, trabajo técnico y resultados: hasta 12 mil pesos de ahorro por hectárea por ciclo agrícola.
En paralelo, la seguridad se fortalece con tecnología. Llegan torres móviles con drones, lectores de placas y rostros, y un nuevo lote de 100 alarmas vecinales y 100 cámaras de videovigilancia, integradas al C5i, para blindar zonas urbanas y rurales.
“Puebla es la gran obra”, resume Armenta, en un mensaje claro: las transformaciones reales se construyen con trabajo, honestidad y cercanía con el pueblo.
