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El candidato de Puebla va a ser el que más votos garantice, desliza equipo de Sheinbaum a aspirantes

La entrega del bastón de mando de la 4T, el jueves por la noche, no fue solo un acto simbólico, sino literalmente el presidente Andrés Manuel López Obrador le cedió el control total del aparato electoral de Morena a Claudia Sheinbaum Pardo, lo que significa que la abanderada presidencial es quien decidirá la manera en que se definirán las candidaturas a gobernadores, al Congreso de la Unión y las alcaldías más importantes del país, como es la ciudad de Puebla.

En ese sentido, un mensaje que este fin de semana se habría deslizado de parte de los operadores de Sheinbaum a los aspirantes a la gubernatura de Puebla es que se va a elegir como candidato a quien garantice aportar la mayor cantidad de votos, situación que se va a medir a través de encuestas previas a la fecha –tentativamente a mediados de octubre próximo— de la emisión de la convocatoria para seleccionar al abanderado de la entidad.

La disposición de que se va a postular a quien garantice la votación más alta, por encima de otras consideraciones, se debe a que el presidente Andrés Manuel López Obrador la única petición que le hizo a la nueva coordinadora de los comités de defensa de la 4T, es que se haga todo lo posible para que la izquierda alcance la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y se puedan concretar –el próximo sexenio– las reformas constitucionales que, en el último año, frenó el llamado bloque conservador de diputados federales y senadores, así como los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y precisamente el principal cambio que se pretende llevar a cabo –si se concreta esa mayoría que permite hacer reformas constitucionales sin los votos de la oposición– es el que concierne al Poder Judicial.

Tal esquema plantea que los próximos 15 o 20 días serán de mucha tensión entre los cinco principales aspirantes a la candidatura al gobierno de Puebla, ya que queda escaso tiempo para subir sus índices de popularidad e impactar las encuestas que el equipo de Sheinbaum, en breve, empezarán a levantar.

Lo que se pretende, explicó un personaje cercano a Sheinbaum, es que se quiere tener los datos numéricos que permita ya ir perfilando al aspirante en Puebla que tenga el mejor resultado demoscópico e ir negociando, el otorgamiento de otras posiciones, con los perdedores de esos sondeos. Para que cuando se haga la encuesta oficial de Morena –que sería en noviembre—se eviten conflictos entre los contendientes.

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